Lunes en la tarde





Para controlar la entrada al campus, se estableció la política de asignar zonas específicas en los estacionamientos, así como el uso de marbetes (hasta ahora supe lo que era eso) de diferentes colores, de acuerdo al tipo de acceso que se tiene.  Pues bueno, teóricamente todo está perfecto, pero no falta un "despistado", que, sin marbete y sin nada de nada, se plante en un lugar que no le corresponde y entonces sí, ningún guardia a la vista y no pasa nada.




En primer lugar, nos tocó estacionarnos hasta el quinto perico (el ejercicio nunca está de más, pero cuando uno tiene prisa porque va retrasado, las caminatas le valen). Segundo, los alumnos son unos anarquistas que con tal de encontrar un lugar lo más cercano posible a su salón, son capaces de invadir banquetas, jardineras y pastos. Tercero, habrá que dotar de binoculares a los guardias, para que detecten quién viene acechando un lugar que no le corresponde.


Mañana será la ceremonia de firma de títulos. Esperemos que dentro de unos 2 años más o menos, nos vuelva a tocar estar ahí.


Esta tarde estamos de lo más ocupadas, ¿verdad, Ángeles?


Por si acaso, voy a ver qué tengo de pendientes, no vaya a ser que no alcance a hacerlos. El Cesarín vino a modelarnos su camisa de cuadritos. Está haciendo muchísimo calor.... nos vamos a morir si nos exponemos a los rayos del sol, como vampiros.